Ambiente, medio ambiente, naturaleza o Pachamama, cualquiera sea la denominación de forma simplificada para un entendimiento general es aquello que rodea al ser humano o aquello con lo que convivimos. Dejo para los «expertos» discutir acerca de una visión antropocéntrica o eco-céntrica. Lo importante es entender que estamos conectados con y todo en este planeta tiene una razón y una función. Sin embargo, la revolución industrial y la conquista del espacio nos ha llevado a una evolución y revolución global en pocas décadas con una economía globalizada al punto de ser responsables de cambios en el clima de manera antrópica.
La preocupación por la naturaleza no es nueva, en las últimas décadas a la par del crecimiento demográfico han pasado varias convenciones y tratados internacionales sobre temas ambientales jurídicamente vinculantes, los mismos que se han dividido por temas ya que, la ciencia nos ha permitido conocer mucho más de los componentes de la Pachamama como plantas, animales, microorganismos, ecosistemas marinos, terrestres y los bosques, estos últimos abarcan el 31% de la superficie terrestre, su importancia es relevante de manera directa e indirecta para todos los seres vivos del planeta de ahí que los esfuerzos por su conservación manejo y restauración resultan insuficientes.
En el blog voy a dedicar líneas a una visión jurídica, política y social sobre cómo manejar los espacios que no tienen voz propia, me centraré en bosques de diferentes zonas climáticas con énfasis en los bosques tropicales amazónicos tomando como ejemplo a Ecuador, mi país de origen que es parte de uno de los más biodiversos del mundo a pesar de no tener una gran extensión territorial como Brasil, Canadá o Estados Unidos, representa un gran desafío para gestión sostenible.